na mentira mil veces repetida se convierte en verdad". Esta conocida frase se puede aplicar en numerosas situaciones, pero en una en la que no falla es en la referida a los precios de los combustibles. Cuando nos hablan de que las subidas de la gasolina y el gasóleo vienen motivadas por el aumento del precio del petróleo, no hay nada más lejos de la realidad. Será por otros motivos (impuestos, incremento de la demanda, conflictos bélicos, o lo que sea), pero no se debe solo a la incidencia del precio del petróleo. Y como muestra puede servir este ejemplo: el precio del barril de crudo Brent (se toma como referencia en Europa) hace catorce años, en junio de 2008, era de 132 dólares, y entonces el litro del gasóleo rondaba el euro y el de la gasolina 1,25 (tope histórico en aquel momento); y en la actualidad el barril de Brent vale incluso menos, 115 dólares, pero el de los combustibles se ha duplicado (el gasóleo supera los dos euros y la gasolina cuesta alrededor de 2,20). Por tanto, la coartada queda desmontada. Pero lo más preocupante no es esto, sino las predicciones de los expertos que sitúan el precio de la gasolina en torno a los tres euros este verano. Esperemos que esta vez fallen y no se cumplan porque, de lo contrario, lo peor no van a ser las altas temperaturas. l