eñor Tebas, le dedico este artículo de manera exclusiva para decirle que la última maniobra que han protagonizado en LaLiga con la designación de los horarios de la última jornada no tiene nombre. Es la enésima tropelía que firma el organismo que preside y, al menos, ejerceré desde este humilde rincón mi derecho a la pataleta. Situar el partido Real-Atlético, al igual que otros dos, a las diez de la noche del domingo y jugar, de este modo, con la ilusión que tenían muchos niños realzales, que al día siguiente tienen que cumplir con sus deberes escolares, de celebrar con su equipo una temporada redonda con la clasificación para la Europa League, por tercera temporada consecutiva, solo está a la altura de las mentes más perversas. Esto ya atenta contra su dignidad. Una cosa es pensar únicamente en su beneficio económico y en el de los operadores televisivos (aquí los clubes tienen mucha responsabilidad por permitirlo) o en las disputas por el poder con Rubiales, pero otra, bien distinta, es hacerles pagar a los más pequeños, que no pueden asistir a esta hora al campo, los platos rotos. Los niños no tienen culpa de nada. Y ellos son la afición del futuro y los que van a mantener a flote su negocio. No era difícil salvaguardar sus deseos. Le vendrá de vuelta, seguro. Ya verá. l