l otro día me puse a calcular cuántos litros de gasoil podría comprarme a día de hoy con todos mis ahorros. Cada uno puede hacer sus cuentas. A dos euros el litro, y ver en qué se traduce el esfuerzo de tanto trabajo. Pueden considerar para ello que los depósitos de los trailers que vemos en la carretera tienen una capacidad de más de 1.000 litros y que con semejante reserva pueden recorrer más de 3.000 kilómetros. Por unos 6.000 euros, podrían ir en camión desde Donostia hasta Kiev, regresar para darse un baño en la playa de La Concha y volver de nuevo a Kiev, o hasta Mariúpol, al este de Ucrania, donde las bombas rusas siguen martilleando a la población local. Luego allí habría que ver cuánto vale el dinero amasado en nuestra alegre vida o cuánto podría valer mañana, si deja de poder comprarse pan o nos hemos quedado sin luz. El patrimonio, reducido a papel mojado. ¿Se lo imaginan? Y la vida, ¿cuánto vale? Según dónde, me dirán, porque nuestro pellejo también cotiza en bolsa y quizá Putin no es más que un bróker. Hoy vale mucho en Gipuzkoa, y nada en Alepo, la mayor ciudad de Siria. Quizá mañana nos perjudique el cambio y sean otros los indiferentes a nuestras desgracias. Quizá no tengamos la solución del mundo en nuestras manos. O sí.