ace unos meses se produjo un atasco en el canal de Suez que puso en peligro el sistema mundial de ventas y suministros y nos recordó cómo llegan a nosotros todos los objetos que manejamos. Los mares son grandes autopistas llenas de buques con contenedores que van de un continente a otro y contaminan, aunque no nos demos cuenta porque no los vemos. La polución de los océanos no solo afecta a sus entrañas submarinas sino que se reparte también sobre las aguas y los grandes puertos son espacios altamente contaminados. Las emisiones de CO2 del transporte marítimo han bajado en los últimos tiempos pero siguen siendo responsables del 7% del consumo mundial de petróleo y del 3% de las emisiones de carbono. En este panorama, los inventores han ideado unos nuevos cargueros a vela, que no hacen sino recuperar la vieja historia del transporte de mercancías, aunque modernizada. Las nuevas velas de estos barcos gigantes de hasta 120 metros son elementos desplegables e hinchables, inspirados en la forma de las alas de avión, y dan fuerza de propulsión, lo que permite ahorrar hasta un 40% de combustible. Las imágenes convencen y hay ya contratos para probar estos cargueros a vela, pero veremos si estas nuevas tecnologías acaban siendo realidad y no solo un bonito sueño.