n una de sus ruedas de prensa en Zubieta, Juanma Lillo quitó hierro a las derrotas seguidas que traía el equipo que visitaba Anoeta: "Cuanto más se alarga una racha, más cerca está de que se rompa". No recuerdo el rival ni lo que pasó aquel domingo, pero la explicación de Lillo lo mismo servía para las buenas rachas (se pueden quebrar en cualquier momento) y como esperanza para las malas: todo termina. Incluso la sexta ola de la que culpamos a la variante ómicron como chivo expiatorio. Para vivir necesitamos explicaciones aunque sean falsas. La ola empezó a crecer hace dos meses y medio, cuando celebrábamos que los hospitales se vaciaban y cuando a la ómicron le faltaban semanas para sacudir Sudáfrica. La segunda parte de la historia es que la incidencia ya se desploma en aquel país. Por eso hay epidemiólogos que con todas las cautelas habidas y por haber piensan que esta variante puede ser un paso hacia la normalización del virus. Con las navidades de por medio, aún queda para ese desplome de casos e incidencia. Cuando suceda, dudaremos de si es por las medidas, las vacunas, la variante o por qué. La pandemia enseña que la duda constante es el camino recto. La racha de la que hablaba Lillo acabará. Y durante unos días dudaremos de si hemos ganado.?? Así será. Urte berri on!