Quién dice que esto es una chuminada?", dijo Nuria, nuestra monitora de Helta, en la primera clase, a principios de octubre, para romper el hielo. Qué bromista, pensé yo, pero de bromas nada. "¡Ahhh!", "Ufff"... eran tan solo algunos de los quejidos (y alaridos, vamos a ser sinceros) que retumbaban en la Dorre Etxea de Iturriotz según iban transcurriendo las semanas mientras Nuria soltaba, de vez en cuando, "con que esto era para mayores, ¿eh?". ¡Pero a quién se le ocurre decir eso! Ezta pentsatu ere! Entre tanto, ella insistía: "¡Joseba, activa los abdominales!", "¡Ramón, no bloquees las rodillas!"... Una hora después, las caras de esfuerzo se tornaban en relajación, y miradas cómplices, cuando bajábamos por las escaleras hacia la salida tras otra nueva sesión. Las agujetas y hasta dolores en músculos que ni sabía que tenía en el cuerpo han ido acompañándome, y seguro que a mis compañeros también, durante estos meses. Solo hay que escuchar los comentarios cuando nos volvemos a encontrar... Pero descubrir Pilates, y sentir cómo te reconforta tanto a nivel físico como mental, ha sido una grata sorpresa. Ah, eso sí, Nuria, prometo llegar a final de curso... y disfrutar de este motivante deporte y disciplina tan completa. ¡Pese a los gritos (bueno, palmadas de ánimo, mejor dicho)! Mañana nos vemos...