l Ayuntamiento ha presentado esta semana el Plan Estratégico 2030 para Donostia. Es un documento fruto de un largo proceso de análisis, debates y entrevistas con personas cualificadas de todos los sectores de la ciudad y que viene a ser una hoja de ruta a diez años vista para alcanzar objetivos como el rejuvenecimiento de la ciudad, la cohesión social y urbana, la sostenibilidad ambiental, la gestión equilibrada de actividades económicas como el turismo, el comercio y la ciencia, etcétera. Creo que son fines que concitan el acuerdo de la mayoría y que en mayor o menor grado nos preocupan a todos los que convivimos en esta ciudad tan condicionada por su paisaje pero que es mucho más que la postal por la que, justificadamente, atrae a los visitantes, tantos que el turismo está pasando de ser una oportunidad a una preocupación. Como quebraderos de cabeza son la pérdida de músculo joven o el endémico de la carestía de la vivienda, ambos problemas estrechamente vinculados. En cualquier caso, sea para solucionar estas debilidades o para apuntar hacia las oportunidades que, sin duda, se presumen para Donostia en el futuro, habrá que apostar de forma decidida desde el convencimiento de que nos acercaremos al ideal de "La ciudad que queremos" o de "Aukeren hiria", el doble y plural encabezado en castellano y euskera con el que se ha titulado el documento estratégico, cuanto mayor grado de consenso se alcance en el camino hasta la meta.