ausa de la muerte: "Asfixia por inmersión". Decenas de actas de defunción de portugueses muertos en la ribera del Bidasoa acababan igual: "Asfixia por inmersión". La última databa del 12 de abril de 1975. La última hasta 2021. No son portugueses, son subsaharianos, pero mueren igual: "Asfixia por inmersión". A algunos el río se los llevaba mar adentro. A otros los dejaba en la orilla. Los terceros optaban por ir de noche por las islas de Irun. Cruzar el río por fases. Como si el riesgo fuera más controlado. Muchos morían de noche en las simas que esas islas esconden. Tras llegar a Irun en tren o en coche, sabían que, con dinero, se podían apoyar en personajes locales que facilitaran O salto. Así llamaron los lusos a cruzar el Bidasoa. En los años 70, una familia trataba de cruzar por Punttas con un pasador un día de San Pedro, fiestas de Irun. Sin policía pero con río revuelto. De noche, el pasador pasó el puente en Endarlatsa. "Esto es Francia", les abandonó en Navarra. La Guardia Civil se los llevó al cuartelillo. Al día siguiente, cuando la compañía de Behobia desfilaba camino del Alarde ante el cuartelillo, el niño portugués identificó al pasador, que fue arrestado. Décadas después, el viernes hubo un detenido por cruzar migrantes por Irun. La historia no se repetirá, pero rima como un triste fado.