n colectivo liderado por un grupo de vascos muy visto en estas lides unionistas ha convocado hoy a la ciudadanía contra los (medio) indultos que el Gobierno Sánchez pretende conceder a los presos catalanes. La derecha, la derecha extrema y la extrema derecha se han sumado a la convocatoria. No irán revueltos, porque solo les une la reivindicación del castigo y cargar contra Sánchez para sacarlo de Moncloa a toda costa. La cuestión es, y los indultos para qué. El argumento bajo el que el ejecutivo español va a sostener su medida de gracia es el de la "utilidad pública" porque es tiempo de "concordia". Y para que tan buenos propósitos se materialicen hay que actuar con "magnanimidad", defiende el presidente. No vamos a dudar de la generosidad que le mueve, pese a que cabe ponerle algún pero por la necesidad que tiene de los votos de ERC. Pero la política también es el arte de la oportunidad, así que bienvenidos sean los indultos si abren una oportunidad al diálogo. Y es aquí, en el contenido de ese diálogo, donde debería encontrar respuesta el para qué de los indultos. Si de verdad se busca solución y concordia y no castigo, como el que buscan los que se manifestarán hoy por las calles de Madrid, abordar la cuestión territorial se antoja inevitable.