eo que el emérito ya está vacunado y sus hijísimas también, y hasta el exmandamás del CNI, que pasaba por allí, que han podido viajar todos cuando les ha salido del carajo a Abu Dabi, aunque hay quienes no hemos podido salir ni para cumplir el último deseo de un ser querido porque, aunque cerca, está fuera del distrito permitido para que transitemos quienes no somos reyes ni infantos. Pero ha sido ver la consecuente indignación de la gente y me he dado cuenta de que yo en verdad ya estoy vacunado. No del covid, sino de la vida. ¿Qué se creen ustedes pues que es un rey y su séquito; acaso piensan que viviendo entre privilegios se iban a poner a la cola del ambulatorio -donde no les hemos visto nunca- para recibir la vacuna el día que les toque en su franja de edad? Ellos, que no saben lo que es la lista de espera de un hospital. A veces sospecho que no entendemos las instrucciones del juego: nombramos privilegiados pero luego creemos que no van a ejercer sus privilegios. Pero, ya ve, hasta ellos juegan a poner excusas. A usted y a mí, que nos enseñaron, ya en el cole, que si un desconocido nos ofrecía algo dijéramos que no, pero ellos lo aceptan. ¿Quién decía que vacunarse era malo? Mejor campaña en favor de la vacunación no puede hacerse. Y tú, Victoria, creyéndote una reina porque te dejen recoger un vulgar premio de la prensa sin llevar mascarilla.