na señora que se llevó "por error y de manera involuntaria" de un supermercado dos cremas, que costaban 40 euros, ha explicado ahora que aprobó su máster universitario, del que tanto presumía, sin hacer exámenes ni ir ningún día a clase porque un señor, que ya ha fallecido, le dijo que le bastaba con hacer un trabajo por cada asignatura, trabajos que no están por ninguna parte, porque no los mandaba por mail sino en mano, a través de terceras personas, y que ella tampoco conserva porque tiene una vida muy complicada de mudanzas, aunque tampoco habló nunca con ninguno de sus profesores ni para preparar los temas ni para conocer las notas de los trabajos que tanto esfuerzo le habían costado. Y que en realidad, tampoco defendió su trabajo Fin De Máster, aunque antes decía que sí, y que solo explicó las líneas generales "en un acto muy informal", al que acudió sola, tras lo cual, o quizás unos días antes incluso, porque no lo recuerda, le dijeron que había aprobado. Y que el acta académica de la que se jactó, y que resultó ser falsa, para acreditar su aprobado -por un error primero constó que no se había presentado a varias asignaturas- se lo envió en tiempo récord la propia universidad sin que ella lo pidiera, así que cómo podía imaginar nada raro con lo normalito y rutinario que fue todo su posgrado universitario.