tros mundos son posibles y están en los libros. Hoy, más que nunca, leer nos puede ayudar a evadirnos del miedo, la angustia, la pena, la incertidumbre. Hoy, más que nunca, podemos disfrutar de la magia de las letras encadenadas para hacer de lo oscuro claro. Hoy, más que nunca, cuando tenemos que pasar en casa horas y horas, en vez de pensar en lo que nos queda por sufrir podemos soñar con paraísos, vivir otras vidas, reír otras risas. Hoy, más que nunca, un libro es amigo y compañero, de esos fieles, que están siempre, que no se escapan. ¡Qué bien tenerlos al lado! No contagian, nos acompañan y siendo miles no computan por encima de seis. Mientras esperamos los abrazos, tenemos las caricias de las palabras o los arañazos o las puñaladas sin dolor. Hoy, entre asesinos en Viena y mañana besando bajo las palmeras del Trópico. Viajar en la época de los no viajes, disfrutar en la era de las no fiestas. Y barato, ojo, que no están las cosas para despilfarros. Y si, además, contamos con una banda sonora de esas que nos secan las lágrimas o nos hacen que las soltemos a raudales, que también es necesario, pues pocos son los planes mejores ahora, más que nunca, cuando tenemos que aprender a pensar en pequeño, a disfrutar de lo que más cerca tenemos.