in fútbol, España es un país inexistente, por mucho que digan misa. Un invento. Supongo que sería igual en la década de los 30 y así terminó el asunto. Hoy ya ni se esfuerzan en disimular. No se pueden ver ni ellos mismos y sin Catalunyas que les entretengan, salen todas las vergüenzas a relucir, las de un terruño roto, al menos en dos cachos grandes: rojos y fachas, amén de otra suerte de "secesionistas e independentistas" que ahora cotizan a la baja. Con Iniesta retirado, un pseudoestado en pelotas es lo que es. Albaceteño adoptado en Barcelona, jugaba a fútbol como los ángeles y sus botas cosieron lo incosible. Pero ahora al balón se juega con GPS incorporado y sin público; y las banderas españolas, de tantas que han hecho, han perdido su valor, como el dinero cuando los bancos centrales emiten más. Ayer los políticos ¿españoles? protagonizaron otro episodio de estos que justifican un buen programa de telebasura. ¿Telerrealidad o ficción? La única evidencia del país que dicen sostener es el socorrido argumento: ¿qué pone en tu carné? Pues eso. Papel plastificado. ¿Se imaginan a Piolín atracado en el puerto de Barcelona con miles de policías hacinados para defender lo indefendible en plena pandemia? Pues es lo que les falta para bingo. Y en la tele, Ana Rosa y la otra (mi exmusa).