a popularidad de Donald Trump está muy disparada. Desbocada. Entiéndase la popularidad no como el índice tradicional basado en encuestas, sino como el interés que la sociedad tiene sobre un tema y lo consulta en ese Google al que le preguntamos incluso lo que no nos atrevemos a preguntarle a nadie. En un ranking de cero a 100 sobre el interés en la búsqueda en Google, las búsquedas sobre Trump en EEUU alcanzan un valor de 100. La de su rival, Joe Biden, 35. La gráfica sobre las búsquedas de ambos términos en EEUU -que son los que votan, no el resto del mundo- dan ventaja a Trump en todo el último año. Fue el silencioso punto de partida de Trump en 2016, ganando el interés de los votantes cuando todas las encuestas daban a Clinton ganadora. Así lo está haciendo también en aquellos estados cuyo voto es indeciso: en Texas las búsquedas caen 85-15 a favor de Trump (ese comandante en jefe que acaba de anunciar que ha vencido al COVID-19 cuyos devaneos fiscales se publicaron hace ¡solo una semana!), en Florida el interés es 84-16 y en Pensilvania, 83-17. Esta columna no es científica y las búsquedas en la red no son la intención de voto. Aun así, téngase en cuenta: la sociedad se muestra en Google. Solo falta saber qué busca. Leerlo. Hoy, Trump interesa. Mucho. Así empezó en 2016.