os perdimos la primavera por el confinamiento, y de repente ahí está la Navidad llamando a la puerta. Ya hay anuncios del sorteo del 22 de diciembre y las administraciones cuelgan en sus escaparates los décimos bajo el reclamo turístico "¿Y si toca aquí?". Ahora la venta arranca en julio, no tardará en conquistar Semana Santa y llegará un día en el que se comercialice al día siguiente del sorteo para que esté a la venta todo el año. Como hacen ya con los turrones. Cada vez que voy al súper ahí siguen, al lado de los bombones y las galletas: turrón duro, turrón blando y el de sabores raros. Lo de la lotería tiene el sentido de comprar, a modo de souvenir, un décimo cuando vas de vacaciones por si luego cae el Gordo poder decir "uyyy, casi", que parece que nos hace más ilusión perder por cercanía que por lejanía, pero lo del turrón todo el año no tengo muy claro para qué es, porque siempre están ahí, como en una peli de vaqueros, las mismas tabletas: el duro, el blando y el raro. Me inquieta y a veces voy a ese lineal solo para visitarles. Se les ve solos y tristes en una época en la que hasta Ferrero Rocher retira sus bombones . Y en esas va Donostia y encarga las luces de Navidad para fin de año. ¿Por cierto, alguien sabe si nos dejarán quitar la mascarilla para tomar las uvas y el turrón que seguirá ahí, sin venderse, hasta diciembre?