Ahora que a muchos les sonará más Arabia Saudí por haberse disputado allí el mes pasado la Supercopa masculina, a cambio de 120 millones de euros para la Federación Española de Fútbol por su organización durante tres años, conviene reseñar que su régimen aplicó en 2019 la pena capital a 184 personas, según los datos ofrecidos recientemente por la ONG británica Reprieve. Su récord de ejecuciones en un año (desde que estas son registradas) precisamente cuando se encuentra en pleno proceso de lavado de imagen. Y en esta campaña para mejorar su desprestigiada reputación también ha participado, como apunto, una federación estatal que no sale de una y se mete en otra (ahora Iker Casillas se postula como contendiente de Luis Rubiales en las próximas elecciones). El propio Rubiales fue el máximo promotor de que la ciudad saudí de Yeda fuera la sede de un torneo que ha caído en las garras del mercantilismo. “Hemos venido aquí por negocio”, acabó reconociendo después de que nos quisiera vender que su objetivo era contribuir a “cambiar toda la cultura y abrir las fronteras” de este territorio árabe. Como si esto se lograra con eventos lucrativos como el de la Supercopa... Visto lo visto, hay mucho por hacer en Arabia Saudí y en su entorno en lo que a los derechos humanos se refiere.