Ir de sidrerías, visitar Zarautz, probar pintxos, conocer un mercado o asistir a un concierto. Antes no tenía nombre; ahora se le llama vivir experiencias. Nos llenan la bandeja del correo con ofertas para “regalar experiencias”. Hasta ver jugar a la Real en Anoeta se ha convertido en una experiencia. Si entras en la web del club y miras, un suponer, la venta de entradas para el partido contra el Valencia del sábado 22, hay una opción de esas que ahora se llaman premium, platinum o gold VIP pass. En la zona denominada Boxes, que está situada encima del túnel de vestuarios, por el módico precio de 100 euros la entrada se incluye el partido, servicio de catering, wifi gratuita y televisión. En partidos contra rivales de más pedigrí, la localidad cuesta 200 euros. Vivir experiencias. Hace un mes quise vivir una experiencia con la que había fantaseado toda mi vida. Quería dar unas vueltas en bici en el velódromo de Anoeta. Es muy sencillo. Si tienes la kirol txartela y una bici de carretera, puedes dar las vueltas que quieras. Así que allí me fui a emular a Freuler, Cabestany y Avelino Perea en la Seis Horas de Euskadi. Las primeras vueltas fueron bien, por la zona llanita del anillo... hasta que me vine arriba y quise subir un poquito el peralte. Me di un hostión de campeonato. Fue toda una experiencia.