Desprejuiciado presidente de la Real Federación Española de Fútbol: Parece que no se cansa de coleccionar motivos de vergüenza y escándalo. Después de los negocietes con las satrapías saudí y catarí a pachas con su colega del alma Geri Piqué, nos ha regalado la bochornosa estampa de las jugadoras de la Real Sociedad y el Barça recogiendo de una mesa las medallas de subcampeonas y campeonas de la Supercopa, respectivamente, porque se estimó que no era necesario que nadie se las entregase. “Es el protocolo dispuesto”, han tenido el morro de argumentar cuando tenemos frescas las imágenes de usted mismo colocando las medallas a los jugadores que disputaron la final masculina del mismo torneo. Machismo puro y duro.