Es una gran noticia que los dos partidos que componen el Gobierno vasco hayan alcanzado un acuerdo con Elkarrekin Podemos sobre la Renta de Garantía de Ingresos. Y todavía sería mejor si al consenso se incorporase EH Bildu. Ojalá no impere el cálculo electoral, y veamos también la firma de la coalición soberanista. En cuanto a PP-Ciudadanos y Vox, si les soy sincero, ni creo que vayan a estar ni les esperaría. Son formaciones que han mostrado sobradamente que están en contra de la herramienta fundamental para la solidaridad social. Poco o nada pueden aportar que no sea embarrar el campo y tirar de brocha gorda.

Y acabo de nombrar el gran obstáculo al que se ha enfrentado la RGI desde su implantación, incluso por encima de las diferentes coyunturas económicas: la demagogia cruzada entre quienes la han utilizado como cebo para pescar votos a diestra… pero también a siniestra. Si en un lado se vende que es una sopa boba para que vivan del cuento los que no quieren trabajar, en el otro se ha pretendido una especie de Jauja imposible de sostener con los recursos de los que se disponen y que no solo no paliaría las desigualdades, sino que las profundizaría.

Así que ojalá este acuerdo termine con el arma arrojadiza y contribuya de una vez por todas a prestigiar entre la ciudadanía el instrumento imprescindible de lucha contra la exclusión. Porque de eso es de lo que se trata, de procurar un salvavidas a quienes lo necesiten cuando vienen mal dadas, pero sobre todo, de ayudarles de forma efectiva a salir del agujero. Quien no lo entienda así es simplemente porque no le da la gana.