unque algunos piensen que el covid ha terminado, no es así, seguimos viviendo ciclos de pánico y olvido en los que los avances conseguidos con gran esfuerzo pueden perderse". Las palabras dirigidas por el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, durante la apertura el lunes de la asamblea general de la OMS sobre preparación de pandemias ilustran a la perfección la actual situación de alto riesgo tanto por la aparición de la variante ómicron del virus -con presencia ya confirmada en el Estado español- como por la nueva ola que se sigue extendiendo por Europa. En el caso de Euskadi, la evolución de la pandemia está siendo francamente negativa y preocupante. La convivencia con el virus en la nueva normalidad y sin restricciones nos ha llevado -en palabras del dirigente de la OMS- a un ciclo en el que parece que hemos "olvidado" que el virus continúa entre nosotros, que la crisis sanitaria mundial no ha terminado y que la situación "sigue siendo peligrosa y precaria" pese al alto índice de vacunación que, como se está comprobando, no es suficiente por sí solo. Los últimos datos en la CAV, con más de 1.200 nuevos contagios en un día, la incidencia acumulada en más de 500 y la tensión hospitalaria en peligroso aumento (con 49 personas ya en UCI), nos retrotraen a tiempos pasados y han abocado al Gobierno Vasco a volver a declarar la emergencia sanitaria desactivada hace apenas 54 días, el 7 de octubre. Vuelven, por tanto, las restricciones como única forma de frenar al covid y preservar la salud individual y colectiva. El lógico y elocuente aval del Tribunal Supremo al pasaporte covid -al que el Ejecutivo vasco ha esperado para contar con el marco jurídico completo sobre el que moverse- anticipa algunas de las medidas a implantar, junto a otras como limitación de aforos, en especial en las complicadas fechas que se acercan. La luz verde del TS al considerar que el pase covid cumple con la idoneidad, necesidad y proporcionalidad requeridas pone en evidencia a la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior vasco que lo rechazó y que ha privado a Euskadi durante dos semanas de una medida tan necesaria. Es de esperar que el paso atrás que ha dado la CAV en la evolución de la pandemia sea el último y pueda revertirse cuanto antes gracias a la responsabilidad de todos y todas.