l curso político que acaba de concluir ha sido, como el anterior, extraño e insólito, marcado en todos los sentidos por la pandemia del covid-19 y su gestión, que ha atravesado a los diferentes ámbitos de actuación institucional. Los extraordinarios esfuerzos que ha supuesto la urgente necesidad de enfrentar los efectos del virus en sus múltiples facetas -sanitaria, social, educativa, económica- han eclipsado o difuminado otros espacios de actuación y gestión, también necesarios en el día a día y de cara al futuro. Tras más de 16 meses de lucha contra el coronavirus, la intensidad de la quinta ola cuando parecía que se acariciaba la cercanía de la normalidad ha causado en el conjunto de la sociedad lo que ha venido en llamarse fatiga pandémica, que tiene su reflejo directo en una preocupante fatiga política, sobre todo en el Estado español, pero también en Euskadi. La impotencia ante la falta de respuestas por parte del Gobierno de Pedro Sánchez a las peticiones de una gestión compartida de la pandemia, de toma de decisiones desde la necesaria cogobernanza cuando Euskadi cuenta con competencias directas en los ámbitos de afectación, y de dotación de todas las herramientas disponibles y de garantías jurídicas para tomar las medidas adecuadas y proporcionales en cada fase ha sido la constante de este curso pese a que la CAV ha demostrado lealtad y eficacia plenas. El logro de algunas transferencias -fundamentalmente, la de prisiones, que llegará en octubre- no oculta el incumplimiento sistemático por parte del Ejecutivo español de compromisos adquiridos y calendarios para otros traspasos aún pendientes, como el Ingreso Mínimo Vital. Y Catalunya pondrá hoy sobre la mesa de diálogo bilateral la transferencia de 56 materias, entre otras cuestiones. Si algo ha demostrado este último curso político es la inoperancia de la unilateralidad en la gobernanza, máxime en tiempos de crisis. El último anuncio de Sánchez -que ayer ensalzó la gestión de su gobierno pese a la oposición "más furibunda e irresponsable de Europa", aunque nada dijo del extraordinario esfuerzo de las comunidades autónomas frente a la pandemia- de mayor cogobernanza y cogestión de los fondos europeos debe también concretarse de manera urgente, porque está en juego la imprescindible recuperación. Sánchez tiene muchos deberes y asignaturas pendientes para el próximo curso.