l PNV va a rentabilizar su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado con una serie de contrapartidas entre las que figura la venta de los cuarteles militares del barrio de Loiola al Ayuntamiento de Donostia. Se trata de una operación con la que el Consistorio donostiarra ve cumplido un viejo anhelo, perseguido durante años en los despachos de la Administración central y que siempre se ha encontrado con la resistencia del Ministerio de Defensa, reacio a abandonar unas instalaciones que aseguraba eran vitales para la "defensa nacional". El acuerdo de los jeltzales con el Gobierno de Pedro Sánchez incorpora otra serie de compromisos en materia ferroviaria, como la eliminación de pasos a nivel o la creación de nuevas estaciones, de enorme importancia para Legorreta, Urnieta o Anoeta. En definitiva, el acuerdo plasma en hechos tangibles para la población vasca la capacidad del PNV para hacer valer su fuerza política en las mesas de negociación, en favor siempre de la gestión de los asuntos públicos para dar solución a los problemas que acucian a la ciudadanía, en este caso con su respaldo al proyecto de presupuestos en un momento particularmente delicado por culpa de la pandemia. Gracias a este acuerdo, Donostia podrá disponer de un terreno de 20 hectáreas en la parte llana de la ciudad, prácticamente agotada, para la construcción de un nuevo barrio residencial de unas 1.500 viviendas. Frente a lo que venía siendo la estrategia histórica de negociación del Ayuntamiento ante la Administración central, el compromiso no recoge la obligación de ofrecer un lugar alternativo para la mudanza de las instalaciones militares. El terreno se recalificará y se pactará un precio de venta sobre el nuevo valor del solar. La operación está previsto que se lleve a cabo el año que viene. El cambio en el Gobierno español respecto a eta cuestión ha sido radical, ya que en apenas dos semanas ha pasado de negar su intención de desprenderse del acuartelamiento a dar vía libre para su enajenación. Un cambio que, en el fondo, desnuda las excusas esgrimidas hasta ahora para impedir la cesión a la ciudad de un espacio ocupado por un complejo militar de grandes dimensiones pero infrautilizado desde que el servicio militar dejó de ser obligatorio. En definitiva, una gran noticia para Donostia, que rescata para su trama urbana un territorio muy valioso junto a la vega del Urumea.