asi 12.600 estudiantes vascos comienzan mañana las pruebas de Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), la aún conocida como selectividad, a buen seguro la más atípica que se ha vivido hasta ahora al estar marcada por la pandemia de COVID-19 y, derivado de ella, por unos meses caracterizados por la docencia online, las estrictas medidas sanitarias puestas en marcha para garantizar la seguridad y algunos cambios introducidos para flexibilizar los ejercicios. En primer lugar, es obligado realizar una valoración altamente positiva del esfuerzo realizado tanto por los alumnos como por los profesores y Educación y la UPV/EHU durante los duros momentos del confinamiento. Un encomiable trabajo colectivo que ha conseguido garantizar la formación necesaria para afrontar las pruebas de selectividad. Una formación que se ha reforzado en el último mes merced al regreso a las aulas, y por tanto a las clases presenciales, de los alumnos de segundo de Bachillerato, que ha reforzado los conocimientos adquiridos, ha servido para repasar y consultar posibles dudas con los profesores y, en última instancia, ha sido también una primera prueba de fuego para experimentar las medidas de seguridad e higiene que deberán seguirse también de manera estricta durante la EBAU. El uso obligatorio de la mascarilla, el mantenimiento de la distancia de seguridad de metro y medio, la utilización de gel hidroalcohólico... suponen un esfuerzo añadido para los alumnos en momentos de mucha tensión, ansiedad y nervios que también hay que valorar en su justa medida. Dada la situación excepcional que han vivido los estudiantes, la UPV/EHU y los institutos han reestructurado los exámenes para flexibilizar esta selectividad y garantizar la igualdad de oportunidades, un objetivo irrenunciable dado que el confinamiento, las situaciones personales y la formación online han supuesto un obstáculo añadido para muchos alumnos, lo que en modo alguno debe significar una rebaja en el nivel de exigencia o dificultad de las pruebas. Por otra parte, es necesario subrayar que casi el 60% del alumnado realizará esta selectividad en euskera -porcentaje que sube al 74% entre los estudiantes de Bachillerato-, un dato positivo y esperanzador que refuerza la apuesta inequívoca de la sociedad por la lengua vasca y que debe animar a perseverar para incrementar este porcentaje.