En la noche del pasado jueves, el chamán de la telebasura, Jorge Javier Vázquez, preparó, junto con los responsables de Gran Hermano VIP, una monumental encerrona en la que se vio manipulado, acosado y estrujado en su esencia moral un concursante de rimbombante nombre, Maestro Joao, que fue zarandeado, agredido y violado en su intimidad por estos insensatos al frente de Tele 5, que han hecho de la porquería alimento espiritual de millones de seguidores.

Los responsables de GH VIP atravesaron las líneas rojas de la intimidad, prudencia y sensatez al juntar en el plató, en un tramo televisivo del programa, a tres seres humanos convertidos en marionetas del guion y exigencia de audiencia. El citado Maestro Joao tuvo que soportar respectivos bises con sus pretendientes y posteriormente un encuentro con los tres a la vez que amenazó con desbarrancar en un despellejamiento innoble y poco humano, llenos de lloros y dolor.

La encerrona monumental fue una puñalada trapera al corazón de estos tres monigotes de la tele de esta sociedad desquiciada y sin rumbo. Sin avisar y por la espalda, los guionistas tensaron la cuerda y a base de buenas dosis de dinero, consiguieron que el morbo nocturno fuese alimentado con reproches, acusaciones y dudas.

A estos ingenieros mediáticos les falta llegar a situaciones de violencia, sangre y peleas de barrio en su escalada de reality puro y duro. Vasile y sus muchachos rozan y traspasan las situaciones en las que la dignidad de las personas se va por el sumidero del fin justifica los medios. A buen seguro que la productora Zeppelin y los gestores de Mediaset durmieron satisfechos con las audiencias millonarias; la actual edición de GH VIP está siendo la más vista de las siete ediciones. La trituradora de ingenuas almas funcionó a la perfección. Vasile eres un genio de la tele.