Primero, el sanchismo
Primero, el sanchismo
Pedro Sánchez es un político atípico: apartado en su partido, recupera el poder y gana la primera moción de censura que sale adelante en el Congreso. Pero también es un político del montón: no ha dudado en utilizar estas elecciones para hacer una purga en su formación. Porque antes que España va el PSOE y antes que el PSOE, el sanchismo. Luego, ya veremos. Sánchez se asegura a un grupo de diputados fieles y empieza a construir el PSOE que quiere. ¿Será el mismo que quiera España? ¿Sin el trifachito enfrente habría tenido alguna oportunidad? En cuanto flaquee, ¿se le echarán encima los purgados?
Dejad de dar alas a los 'chalecos amarillos'
No puede traer nada bueno apoyar a quien solo destruye. Por muy mal que caiga Macron, por mucho que algunos tengan la necesidad de lavar su ropa sucia en aguas ajenas, apoyar, alentar o retuitear algo favorable a los chalecos amarillos franceses es una irresponsabilidad. Ya hemos visto qué pretenden y cómo lo acometen, con vandalismo. La sociedad se construye, no se destruye, y quien defienda la iconoclastia como modo de vida o lucha lo que tiene que hacer es salir de la adolescencia de una vez y ser práctico porque nos jugamos mucho poniendo en solfa las garantías democráticas.
¡Claro que escuece!
José Antich hace un estupendo repaso de cómo la prensa española ha pretendido esconder el éxito de la manifestación en Madrid por el derecho a decidir. Su corolario no por reiterado deja de ser valioso: “El principal problema es que Madrid nunca escucha y siempre se siente en posesión de la verdad. Valdría la pena, una vez más, que leyeran alguno de los textos que ha publicado buena parte de la prensa internacional no en esta ocasión tan solo, sino periódicamente. No será así, otra vez. Y Catalunya seguirá alejándose en un camino del que cuesta pensar que emocionalmente tenga vuelta atrás”.