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Más de lo que nos creemos

Más de lo que nos creemos

es sorprendente como en este país se producen acontecimientos que en otros lugares hubieran tenido una gran repercusión y que, sin embargo, aquí pasan desapercibidos no porque no se tenga conciencia de su importancia, sino por la sencilla razón de que somos así. Somos capaces de remover Roma con Santiago para alcanzar un objetivo y perseguir un fin y cuando lo conseguimos no le damos importancia que merece. No sabemos cuidar lo que tenemos o conseguimos.

La visita que esta semana ha hecho a Euskadi el gobernador del Estado de Wisconsin, Scott Walker, no se le ha dado el relieve que tiene porque deliberadamente se ha querido evitar una proyección, más allá de la reunión que mantuvo con la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, por su condición de “tapado” para disputar el caucus (primarias) del Partido Republicano de Estados Unidos con Jeb Bush y el gobernador de Florida, Marco Rubio. Aunque pueda parecer un espejismo estos días ha pasado por Euskadi el posible candidato del Partido Republicano de Estados Unidos que va a disputar la presidencia de este país con Hilary Clinton, que es la apuesta que el Partido Demócrata ha presentado para relevar a Barack Obama en la Casa Blanca.

La importancia de la visita no estriba solo en que Scott Walker pueda ser el futuro presidente de Estados Unidos o el candidato derrotado del Partido Republicano frente a Clinton, sino que es el gobernante de un Estado como el de Wisconsin con seis millones de habitantes y un PIB per cápita de 42.000 euros, -que ya sabemos que no es Nueva York, Washington, Chicago o California-, ha venido a Euskadi para hacer una invitación a las empresas vascas a que inviertan en sectores como energía, biociencias, tecnología del agua e industria agroalimentaria, donde este trozo de Estados Unidos es referente mundial.

Y si Walker ha venido a Euskadi, no es que como todo buen estadounidense que se precie sepa dónde está este país en el mapamundi, sino por el conocimiento que han transmitido empresas como Indar de Beasain, perteneciente al grupo Ingeteam, que hace algunos años decidió instalarse en la ciudad de Milwaukee y que ha proyectado el saber hacer de los vascos en uno de los sectores de mayor proyección como es el de la energía.

Ese conocimiento que ha proyectado Indar es lo que ha hecho que el gobernador de Wisconsin en su viaje a Europa para testar las posibilidades de desarrollo industrial de su Estado haya elegido dos destinos: Alemania y Euskadi, lo que quiere decir que ha aprovechado el salto del Atlántico para visitar las regiones industrializadas más avanzadas de Europa, un aspecto que nos debería de llenar de orgullo y de auténtica satisfacción.

Tras visitar la feria de maquinaría industrial de Hannover (Alemania), un certamen bianual que es el más importante del mundo, Walker se trasladó a Euskadi donde ha mantenido reuniones con los cluster Aclima (Medioambiente), Gaia (Telecomunicaciones) y Hegan (Aeronáutica) y giró una visita a las instalaciones de Indar en Beasain, donde se interesó por los motores marinos silenciosos que desarrolla y que instalarán en barcos de la Armada de Canadá, así como del sistema patentado de recuperación de energía en la frenada de las unidades de metro cada vez que llegan a una estación.

El gobernador der Wisconsin aprovechó su visita a Euskadi para conocer de cerca la experiencia cooperativa de Mondragon, a través de la internacionalización de sus empresas, para lo que tuvo lugar una reunión con el presidente de Mondragon Interrnacional, Josu Ugarte, y en el área de conocimiento, a través de Mondragon Unibertsitatea.

Parece un sarcasmo que la misma semana que el gobernador de un Estado de Estados Unidos se acerca a Mondragon para conocer sus valores y la potencialidad que el movimiento cooperativo tiene, a la hora de encontrar futuras oportunidades de mercado en la primera potencia del mundo, la celebración del centenario del nacimiento de su fundador, el Padre Arizmendiarrieta, se resuelva con un concierto de la Orquesta Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra, la edición de una revista y una misa en Markina.

Algo está pasando en el seno de la Corporación Mondragon para que una figura como es el P. Arizmendiarrieta, que trasciende mucho más allá del ámbito empresarial cooperativo, por lo que supone de revulsivo político, social, filosófico y de valores, sobre todo en la férrea dictadura franquista como la que vivió, no haya tenido el reconocimiento público que se merece, sobre todo en esta época de convulsión que nos ha dejado la crisis.

Es como si en el interior del mundo cooperativo se estuviera en la creencia de que lo que proyectó el P. Arizmendiarrieta sigue siendo una apuesta que 50 años después sigue abierta y sin consolidarse, a pesar de que una parte importante de la filosofía que subyace en su legado, ha traspasado las fronteras de la economía social y se está implantando en las empresas convencionales. Hablo de la participación de los trabajadores en las empresas en todos los niveles, hasta en los que no contempla Adegi, como es el de la entrada en el capital.

Probablemente, estamos en una crisis de ausencia de líderes como plantea Xabier Albistur, quien ayer se convirtió en Amigo de Número de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, tras la lectura de su ponencia sobre “Ignacio de Loyola, un líder necesario hoy” y donde se afirma que el fundador de los jesuitas fue el primer pequeño empresario en crear una multinacional como es la Compañía de Jesús que sigue vigente 500 años después.

Por poner dos ejemplos actuales, fruto de esa multinacional nacida a orillas del Urola guipuzcoano, dos mundos tan antagónicos como el de la espiritualidad católica mundial y el de las finanzas europeas están regidos por dos personas que han sido educadas en los parámetros filosóficos de Ignacio de Loyola: el papa Francisco y el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. ¿Tendremos que retroceder 500 o 50 años para encontrar un líder y creer en nuestras potencialidades?