Made in Euskadi
el paradigma de las empresas vascas en el mundo ha cambiado radicalmente de posición, ya que, en este momento, cada vez avanza más el posicionamiento en el segmento de la tecnología de nivel alto en los mercados exteriores, con lo que se evidencia los resultados que la importante inversión en I+D+i que, desde hace muchos años se está produciendo en nuestras compañías, está teniendo en su traslación a la hora de colocar a la industrias vascas en los mismos parámetros competitivos que otros países de economía avanzada.
Una realidad que cada vez es más elocuente, conforme vamos conociendo la implantación de las empresas vascas en el exterior o la firma de acuerdos como proveedores frente a la competencia de los principales líderes mundiales en el sector.
A fuerza de acostumbrarnos parece que cuando una empresa cierra un pedido con un cliente extranjero forma parte de la norma, pero sin embargo, a pesar de que cada vez más el mercado de las empresas está en todo el mundo, no se repara en el valor de cada pedido que se firma, su nivel tecnológico y su reconocimiento por parte del comprador. Como por ejemplo vender trenes completos que circulan a más de 350 kilómetros construidos con tecnología propia en Gipuzkoa.
La impresión que tengo cuando a comienzos de esta semana CAF anunció la venta de ocho trenes Oarsis de alta velocidad a una empresa de Noruega por 120 millones de euros , es que pocos han reparado que se trata de un cliente muy exigente que se constituye en el tercer país más rico de la tierra, gracias a sus recursos en petróleo y gas y que ha decidido comprar un tren de alta velocidad Made in Euskadi desde el diseño del tren, la motorización, la señalización, etc., capaz de circular a una velocidad de 350 kilómetros por hora y con las mismas o superiores prestaciones que las unidades que fabrican la alemana Siemens y la francesa Alstom, que hasta ahora han controlado este mercado.
El que un tren fabricado en Beasain pueda estar circulando en 2018 en la línea que une la estación central de ferrocarril de Oslo con su aeropuerto pone en evidencia que en el país donde el estado de bienestar todavía se puede llamar así porque los recursos a tal fin no han mermado, -lo que constituye toda una excepción a la regla que nos ha dejado la crisis-, es una prueba más de que la tecnología vasca de CAF se ha impuesto a la de otros países con mayor experiencia en la construcción de trenes de alta velocidad.
No en vano CAF ha invertido 50 millones de euros en el desarrollo y fabricación de trenes de alta velocidad, desde que decidió optar directamente en este segmento para lo que creó dos empresas filiales como son CAF Power, en el apartado de motorización, y CAF Signaling, en lo que se relieve a la señalización con el fin de dar un mayor valor añadido a sus trenes.
Todo un ejemplo que debería de copiar Adif, que dispone de una unidad Oarsis con unos resultados contrastados, para que los trenes que en el futuro circulen pos las vías de alta velocidad del Estado, a partir de ahora se construyan en la plantas de CAF.
El hecho de que el fondo soberano noruego Norges Bank Investment Management (NBIM), el segundo mayor del mundo, tenga una participación de 3,3% en CAF ha podido ayudar en el cierre de este pedido que es el primero en un tren de alta velocidad construido 100% en Euskadi que se realiza en el extranjero. Un dato que da valor a la inversión extranjera, cada vez más importante, según los últimos datos que se tienen, que existe en Euskadi.
Una buena noticia, como la que la empresa lasartearra Jema haya decidido implantarse con dos fábricas en Brasil y México para responder a la alta demanda de equipos fotovoltaícos que se están construyendo en los dos países, debido a las importantes necesidades energéticas que tienen. Una prueba de ello es que va a ser el asesor técnico y suministrador de los equipos de dos plantas fotovoltaicas que comenzarán a construirse en mayo en México con una potencia de 350 megawatios, que es el doble de la actual capacidad instalada en el país azteca en este tipo de energía.
A pesar de estar integrada en el grupo Irizar, el valor de este gran paso en su internacionalización es que estamos hablando de una empresa con una plantilla de 150 personas, lo que pone de relieve que para afrontar el mercado exterior es necesario contar con una experiencia labrada con los años in situ y un tamaño que te aporte sinergias importantes para afrontar este tipo de retos.
Por otra parte, la entrada en funcionamiento de la oficina de la SPRI en Singapur pone de relieve la apuesta del Gobierno Vasco, a través del departamento de Desarrollo Económico, de impulsar la apertura de otros mercados para las empresas guipuzcoanas teniendo en cuenta que China, aun siendo importante ha dejado de ser el referente que lo fue en el pasado, por lo que hay que explorar nuevas áreas para poder abrir nuevas líneas de negocio.
Hay que tener en cuenta que la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean) formada por diez países, de la que forma parte Singapur, es una gran potencia económica emergente que cuenta con un mercado de 600 millones de habitantes, el más grande después de China e India.
Todo un reto para nuestras empresas que ya comienzan a diversificar sus áreas de actuación y que, aunque los países de la UE siguen siendo nuestros principales clientes, sin embargo ya se están implantando en otros mercados con mayor recorrido. Todo un reto en un mundo tan cambiante como es el de la economía.