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En el peor momento

La denuncia que Kutxabank ha hecho al fiscal contra su anterior presidente, Mario Fernández por "una determinada actuación irregular", según la nota oficial emitida por el banco, supone todo un tsunami en el panorama político y financiero vasco por los efectos que puede tener para algunas formaciones en vísperas de tres citas electorales y cuando Kutxa, BBK y Vital tratan de convencer al Banco de España y Banco Central Europeo para poder seguir controlando el 100% de su capital y evitar la entrada de inversores externos bajo el argumento de haber estado al margen de escándalos y corrupciones, haber disfrutado de una gestión profesional y, por si fuera poco ser la entidad más solvente del Estado.

Y todo ello, en un momento de cierto repunte económico en donde las entidades financieras tienen que tratar de posicionarse en el mercado y asegurar sus márgenes con la activación de sus líneas de crédito como respuesta a una demanda incipiente.

Por ello es necesario que se aclare cuanto antes este hecho y los objetivos que perseguían sus protagonistas con esta "actuación irregular", que según dice el PSEes "un asunto privado", con el fin de que Kutxabank no manche un expediente impecable que le ha convertido en una excepción de la regla en el mundo de las cajas de ahorro y se evite dar la razón a aquellos que afirman que estas entidades no tienen salida por la injerencia política que han tenido en sus actuaciones.

Sería muy triste que lo que ha sido ejemplo y bandera del buen funcionamiento de las cajas de ahorro vascas en el pasado frente a los desmanes, corrupciones y saqueos que se han producido en la mayoría del Estado desaparezca por una "actuación irregular" que, en principio, tiene un recorrido que no presenta muchas señales de transparencia que es lo que la ciudadanía demanda y, mucho más en un banco cuyos accionistas son fundaciones de carácter público

Creo que es pertinente saber cuales eran los fines que se perseguía con esta "pensión" que Kutxabank, a través de terceros, abonaba al exdelegado del Gobierno en Euskadi, Mikel Cabieces, desde el primer trimestre de 2012, justo cuando se constituyó el banco vasco, gracias a la fusión de las tres cajas de ahorro.

Abonar a una persona 6.000 euros al mes desde el primer trimestre de 2012 hasta finales del pasado año por una asesoría jurídica supuestamente ficticia sobre cuestiones laborales parece que no tiene mucho sentido. Los 243.592 euros que han supuesto el supuesto asesoramiento que Cabieces ha podido realizar a Kutxabank durante estos tres años no van a tener un efecto que haga tambalear la cuenta de resultados de la entidad, sino lo que se trasluce es la forma con la que desde el banco se actuó para llegar a cabo esta "irregularidad" que no solo ha sido reconocida por el banco, sino por aquel que ha devuelto el dinero.

En ese momento en que a Cabieces le buscan el presunto empleo, tras abandonar la residencia de Los Olivos de Vitoria, Mario Fernández seguía obsesionado por el aumento de tamaño del banco vasco a través de adquisiciones de cajas que habían sido rescatadas por el Gobierno con el fin de conseguir unos activos cercanos a los 170.000 millones de euros que le hicieran menos vulnerable de los 65.000 millones que hoy registra la entidad.

Para ello se interesó por la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) que fue a parar poco tiempo después a manos del Banco Sabadell y por Catalunya Caixa para lo que contactó con una entidad catalana para participar en una operación de adquisición que servía de puerta de entrada a un mercado tan apetitoso como el catalán. La entidad catalana, fuertemente establecida en esa región, rehusó el ofrecimiento por lo que poco o nada que le aportaba la operación.

Con estas dos oportunidades perdidas y una reestructuración bancaria que ya había dejado de ser interesante porque las entidades que aportaban crecimientos y volumen de negociación ya habían sido adquiridas, Kutxabank se tuvo que replegar a Euskadi a la espera de que la troika (FMI, BCE y CE) dictara las norma por la que tiene que regir las entidades surgidas de las cajas de ahorro.

Otro dato a tener en cuenta es que la fusión de las tres cajas de ahorro vascas no tuvo su origen en un proceso paritario, que era el que se perseguía en los anteriores intentos, sino que el punto de partida fue una SIP (Sistema Institucional de Protección) o fusión fría entre BBK, presidida por Mario Fernández, y Vital, cuyo máximo responsable era el socialista Carlos Zapatero, con el fin de forzar a Kutxa a entrar en un escenario al que se oponía por miedo a perder el peso que le correspondía, como así ocurrió después.

Detrás de esta operación estuvo el entonces consejero de Economía, Carlos Aguirre, que con el tiempo y casi un año y medio después de que los socialistas abandonasen el Gobierno Vasco, fue nombrado consejero de Kutxabank a propuesta de BBK.

Probablemente, todo estas circunstancias tengan que ver con la casualidad y la coincidencia en el tiempo, pero lo que es cierto es que en un momento en que los ciudadanos demandan comunicación y transparencia un asunto de este tipo no se puede resolver con notas de prensa en la que unos defienden su "integridad y honestidad", a la par que su "sorpresa, indignación e indefensión" y otros se dan de baja, temporalmente, en el partido que militan. El asunto requiere mayor claridad.