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El futuro de Mondragon

El futuro de Mondragon

justo un mes y dos días después de su nombramiento, el nuevo presidente de la Corporación Mondragon, Javier Sotil, someterá a la consideración de los cooperativistas el documento de 30 páginas Mondragon del futuro que ha sido elaborado por la comisión permanente y que fija las líneas generales por donde debe discurrir el grupo cooperativo, tras el hundimiento de lo que fue su origen y su elemento referencial más importante: Fagor Electrodomésticos.

En el congreso que se celebra mañana en Donostia y donde la Corporación Mondragon quiere escenificar la nueva etapa que va a iniciar el grupo, 650 cooperativistas aprobarán, con toda probabilidad, un documento donde se reafirman los principios y valores cooperativos y la mejora y adecuación de aquellos instrumentos de solidaridad interna que han fallado con Fagor Electrodomésticos por una especie de relajación colectiva, que en tiempos de crisis económica como la que estamos viviendo, es una mala consejera.

A partir de mañana, los socios de las 103 cooperativas que forman parte de la Corporación deberán desarrollar las doce líneas de actuación que se proponen a través de las ponencias que se presentarán en el congreso a celebrar el próximo año y que marcarán el plan estratégico 2017-2020, en lo que va a suponer otro hito importante en la historia del movimiento fundado por el padre Arizmendiarrieta. Sucederá al igual que ocurrió en el año 1991 con la constitución de Mondragon Corporación Cooperativa (MCC), presidida entonces por Javier Mongelos, en lo que fue la expresión de dar una respuesta organizada y común a las necesidades de unas cooperativas que no estaban dando valor a las sinergias intrínsecas que poseían a la hora de afrontar los grandes retos que se presentaban, entre ellos, la internacionalización.

Los efectos negativos tanto internos como externos, tanto en la reputación de la marca Mondragon como en la situación de debilidad en la que se encontraron los instrumentos financieros corporativos, que ha tenido la crisis de Fagor Electrodomésticos han hecho que este congreso tenga lugar siete meses después de lo que es tradición en la celebración de este tipo de actos, que es el mes de mayo de cada año. De mayo se pospuso sin fecha fija a después del verano, y una vez acabadas las vacaciones estivales, se anunció para el pasado mes de noviembre para, finalmente, fijar la convocatoria para el día 15 de diciembre.

Se da la circunstancia de que el documento que será sometido a votación fue aprobado por la comisión permanente de la Corporación Mondragon el pasado 24 de octubre, sin tener elegida a la persona que iba a liderar su desarrollo, ya que el nombramiento de Javier Sotil como presidente no se produjo hasta el día 13 de noviembre, confirmando las quinielas que se barajaban. Con lo que está claro es que primero se trazó el plan de reformulación de lo que debe ser a partir de ahora el grupo, y luego se eligió al hombre para liderarlo, aunque fuera de manera transitoria. Y para ello se optó por Javier Sotil, que cuenta con un perfil de hombre de consenso y aceptado por las distintas sensibilidades que hay en el grupo, así como por su dilatada experiencia de 38 años como cooperativista y el haber estado en los últimos años dirigiendo proyectos e iniciativas estratégicas corporativas y no como ejecutivo en una determinada cooperativa.

Pero, a pesar de estas características, la elección de Sotil tiene carácter transitorio, ya que dentro de año y medio o dos, cumplirá los 65 años, con lo que, siguiendo las reglas corporativas, deberá jubilarse, circunstancia que va a hacer posible que el desarrollo del nuevo Mondragon sea ejecutado por otra persona elegida entre los ejecutivos de las empresas del grupo y que reúna a la vez experiencia y y juventud. Ese fue el objetivo que se quiso conseguir con Txema Gisasola, que ha sido el presidente más joven de la Corporación Mondragon con 49 años y el primero en dimitir antes de cerrar su mandato arrastrado por la crisis de Fagor Electrodomésticos.

Precisamente, la situación por la que atravesó Gisasola es por la que muchos ejecutivos que han sido entrevistados en los últimos meses por el presidente de la comisión permanente y de Eroski, Agustín Markaide, para acceder a la presidencia, han preferido mantenerse en sus puestos y no asumir cargos de más responsabilidad, sobre todo a nivel corporativo.

Nadie en el grupo cooperativo estaba acostumbrado a que sus fotos formaran parte de una pancarta y sus nombres coreados con todos los epítetos peores posibles por unos socios cooperativistas que no solo se quedaron sin trabajo, sino también sin el ahorro de toda su vida al estar invertido en las aportaciones subordinadas financieras de lo que fue la joya de la corona de Mondragon. Tampoco que lo que hasta entonces era una costumbre agradable de ir a comer o a echar unos potes con los amigos por parte de ejecutivos de Mondragon en cualquier pueblo de Gipuzkoa donde residieran, se convirtiera en una especie de vía crucis en el que se les pedían cuentas de cómo habían dejado caer Fagor Electrodomésticos, con lo que a algunos tuvieron que cambiar radicalmente de costumbres y visitar el centro de los pueblos lo menos posible.

Esta situación todavía permanece en las retinas de algunos y por eso va a ser difícil, por el momento, hasta que no pase un tiempo prudencial, que desde el seno de la Corporación se pueda dar con el mirlo blanco que pilote al grupo cooperativo en esta nueva etapa de reafirmación y refundación de sus principios y valores tras el hundimiento de Fagor Electrodomésticos. El problema no es que no haya en el seno de Mondragon ejecutivos con la capacidad y eficiencia para ese cargo, sino en la valoración del coste personal que algunos hacen del cargo.

Las distintas sensibilidades que existen en seno de la Corporación Mondragon, probablemente más por motivos o actitudes personales que por discrepancias filosóficas y de concepto, también se han dejado sentir en esta crisis en el funcionamiento de la comisión gestora compuesta por el presidente de Eroski, Agustín Markaide, el de Laboral Kutxa, Txomin Garcia, el director general de Orona, Javier Mutuberria, y el propio Sotil.

Las discrepancias que surgieron en su seno por parte de algunos hizo retrasar decisiones en las que se pretendía visualizar de manera clara y pública que, a pesar de la quiebra de Fagor Electrodomésticos, el modelo cooperativo seguía estando vigente y sus empresas y sus negocios estaban respondiendo de manera eficiente a la crisis dando a conocer las cuentas de resultados corporativas del ejercicio.

Por eso, a pesar de que pueda parecer menor, la duodécima línea de actuación que contiene el documento Mondragon del futuro, que es “impulsar una comunicación abierta y transparente”, debe convertirse en un elemento también referencial en la nueva etapa, no ya hacia dentro en lo que significa reforzar los sentimientos de pertenencia al grupo por parte de los socios y la existencia de líderes que cuenten con su confianza, sino también hacia fuera a la hora de proyectar Mondragon no como un proyecto empresarial, sino también como un factor que, a través del empleo, genera riqueza en la sociedad y propicia un reparto más justo y solidario de la misma. l