"Irizar lidera un consorcio para el desarrollo de un autobús eléctrico pionero en Europa". Este titular apareció el 10 de julio de 2011 en la primera página de NOTICIAS DE GIPUZKOA, en lo que fue el anuncio por primera vez de un proyecto estratégico de la cooperativa de Ormaiztegi -que ya estaba viendo que el futuro del transporte de viajeros en las ciudades venía por este tipo de vehículos-, en el que ha tomado parte de manera muy importante a la hora de aportar su gran experiencia como operadora la compañía de los autobuses urbanos de Donostia, Dbus.

En ese reportaje, el director general del Grupo Irizar, José Manuel Orcasitas, y el director gerente de Dbus, Gerardo Lertxundi, daban a conocer el proyecto que tenía una inversión de ocho millones de euros y se comprometían a que en el plazo de tres años el primer autobús eléctrico estaría circulando por las calles de la capital guipuzcoana.

Fieles a ese compromiso, este pasado viernes, justo tres años después, los ciudadanos donostiarras han podido conocer circulando por las calles de la capital donostiarra el primer autobús eléctrico europeo que se lanza al mercado, con tecnología 100% del Grupo Irizar, lo que significa todo un hito para la cooperativa guipuzcoana como primer fabricante del continente en este tipo de vehículos, pues los grandes constructores como Mercedes, Man, Volvo, etc., todavía no han dado señales de vida en este segmento.

Prueba de ello, es que Irizar ha sido la primera empresa europea fabricante de autocares en la entrega de estos autobuses urbanos eléctricos dentro del proyecto ZeEUs liderado por la Unión Internacional de Transporte Público (UITP) y cofinanciado por la Comisión Europea para la implantación de este tipo de vehículos en las principales ciudades del continente, entre las que se encuentra Barcelona. Tras la entrega del primer autobús eléctrico en Donostia, que es una ciudad de observación en este programa, a finales de julio circulará por Barcelona un segundo vehículo, que se completará con el tercero a finales de septiembre.

Pocas veces Donostia ha sido escenario de la presentación de un producto de tan alta tecnología como la que tiene el autobús eléctrico a la hora de resolver los grandes retos que planteaba, como es conseguir una mayor autonomía sin tener que recargar energía de manera frecuente y contar con unas baterías con gran capacidad de almacenaje, poco peso y que no ocuparan espacio en detrimento de los pasajeros, a la par que se consigue una total insonoridad.

Todo eso ha sido resuelto con tecnología guipuzcoana proveniente de las empresas que forman parte del Grupo Irizar, que siguen investigando para implantar en el futuro estaciones de recarga que, mediante un pantógrafo o inducción, suministran energía al vehículo durante su recorrido, reduciendo la dependencia de las baterías y la necesidad de parada durante varias horas.

En el otro lado, ha sido importante la larga experiencia de la operadora del transporte urbano de Donostia, Dbus, la responsable de testar el vehículo para acomodarlo a las necesidades de una actividad que tiene sus especificidades y exigencias concretas como son las de mantenimiento, conducción, operatividad, comodidad y seguridad de los usuarios, así como la adaptación a la especial orografía de una ciudad que tiene grandes conglomerados urbanos en zonas altas con accesos de gran pendiente.

No en vano Donostia es una de las ciudades europeas con mayor utilización del autobús urbano por parte de sus ciudadanos, ya que un donostiarra lo usa una media de 160 ocasiones al año, lo que comporta por parte de Dbus todo un gran conocimiento sobre el transporte de viajeros urbano de enorme importancia a la hora de poner en marcha proyectos nuevos como el vehículo fabricado por Irizar.

Esta colaboración entre el Grupo Irizar y Dbus -que ha hecho posible cumplir aquel sueño que José Manuel Orcasitas y Gerardo Lertxundi tuvieron hace tres años y que Donostia sea la primera ciudad de Europa en tener un autobús eléctrico con tecnología propia- debe continuar para que la capital guipuzcoana sea el referente en el continente y, ¿por qué no?, del mundo en el transporte urbano sostenible de la misma forma que Stuttgart y Múnich lo son en el mundo del automovilismo.

Paradojas del destino, la innovación y la necesidad de dar una solución a las nuevas necesidades del transporte urbano han vuelto a juntar a Irizar y Dbus, dos compañías con 125 años de historia -la cooperativa de Ormaiztegi los cumple este año- y que en el pasado trabajaron juntas. En los años 50 y 60 del pasado siglo los trolebuses eléctricos de plataforma y luego de dos pisos que circularon por las calles de Donostia fueron carrozados por Irizar.

Esta simbiosis entre un gran fabricante de autocares -que es referente mundial en su sector y que ahora se adentra en una actividad nueva como la del autobús eléctrico, en la que ha sido capaz de adelantarse a su competencia aportando soluciones innovadoras muy importantes- y una compañía pública con la experiencia de transportar cada año a 27,6 millones de viajeros en sus 120 vehículos -lo que demuestra una actividad muy por encima de las ciudades del Estado de parecido tamaño- debe continuar porque la oportunidad que se brinda es inmejorable. Como dice José Manuel Orcasitas, nadie que pruebe y adquiera un autobús eléctrico Irizar va a dejar de repetir. Por eso, "el futuro ha llegado hoy", como subraya Gerardo Lertxundi. l