Es tiempo de sumar
Garitano desaprovechó el anuncio de las ayudas a Inbiomed para reclamar un mayor compromiso institucional en clave de suma
La conjunción y coordinación de las políticas institucionales en este país, sobre todo en lo que se refiere a la I+D+i, no deben de ser conceptuadas como una aspiración por conseguir, sino deben tener carta de naturaleza si se quiere que salga fortalecido de la crisis, en aquello que le va a hacer más competitivo como es el conocimiento y su aplicación en nuestras empresas. La política partidaria a través de una confrontación institucional no es el mejor escenario para tratar de resolver los problemas y plantear situaciones de futuro, sobre todo, cuando estamos en una crisis estructural de la que nadie sabe de que forma va a concluir y cuando.
Y algo de esto ha podido ocurrir estos días con las manifestaciones del diputado general, Martín Garitano, que arremetió contra la falta de implicación del Gobierno Vasco y de Kutxabank en el territorio de Gipuzkoa, ?una situación en la que algunos podríamos estar de acuerdo?, cuando anunciaba la concesión de una ayuda de 300.000 euros al centro de investigación en medicina regenerativa Inbiomed para tratar de paliar la delicada situación en la que se encuentra, ante la drástica reducción de los fondos provenientes de la Obra Social de Kutxa, que ha sido la mecenas de este proyecto vinculado a una nueva actividad económica.
A Garitano se le olvidó en el envite citar al Ayuntamiento de Donostia, que también forma parte del patronato Inbiomed, y que hasta ahora no ha aportado un sólo euro en un proyecto estratégico para la ciudad. No sabemos que importancia le da el alcalde, Juan Karlos Izagirre, a la posible desaparición de un centro de investigación biomédica en la ciudad, porque hasta ahora, al menos de manera pública, no le hemos visto mucha preocupación en este terreno.
Garitano perdió una gran oportunidad para utilizar los medios de comunicación en clave positiva y proyectar el mensaje de que ese mismo compromiso que había adquirido a la hora de apoyar un proyecto que es estratégico para el futuro de Gipuzkoa como es el desarrollo del sector de biociencias debería de servir de ejemplo para conseguir la implicación del Gobierno Vasco y de otras instituciones en clave de suma, en tratar de remar todos en la misma dirección, para tratar de conseguir que lo que tenemos no desaparezca, como, desgraciadamente, está ocurriendo con empresas, sociedades públicas, etc.
El rifirrafe político está bien para un mitin o en la confrontación interpartidaria en las cámaras parlamentarias, pero no corresponde cuando el que lo protagoniza tiene una responsabilidad institucional en donde debe prevalecer la buena gestión en beneficio de todos los ciudadanos, se llame Martín Garitano o José Luis Bilbao. Las instituciones no están para ser palanca de la afrenta política en base partidaria, sino pare resolver los problemas de los ciudadanos y preparar de la mejor manera posible su futuro. Mucho más en la actual incertidumbre social y económica.
Por eso, es bueno recordar que un gobernante debe de ser prudente y dejar la confrontación política para sus estructuras partidarias, no vaya a ser que nos pase con Inbiomed lo que hace años ocurrió con la sede de Tecnalia que, de tanto sacar pecho en la Diputación, en este momento está en el limbo, cuando legitimamente le correspondía a Gipuzkoa. En el oeste del Deba están al acecho y pescando en río revuelto, con lo que la sutileza y la discreción pueden ser unas buenas consejeras a la hora de contraponer.
Esta forma de hacer las cosas al estilo guipuzcoano ha traído como consecuencia la disolución de Jaizkibia, la sociedad pública dedicada a la regeneración de la bahía de Pasaia, cuya junta general extraordinaria, celebrada el pasado viernes, firmó su acta de defunción.
El proceso de liquidación ha contado con la inestimable colaboración de la consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, que, desde sus tiempos de viceconsejera de ese departamento, ha estado en contra del puerto exterior de Pasaia, ?en un momento en que la crisis nadie la preveía?, en coincidencia con las pretensiones de la Administración del Estado, a través de Puertos del Estado, que con la reclamación de los 2,7 millones de euros de deuda, daba la puntilla de muerte a esta sociedad.
Es una pena que todo el ingente trabajo realizado desde hace años por el entonces diputado general, Markel Olano, y por la exdiputada foral y actual consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, hasta el punto de acordar un protocolo con el Gobierno Zapatero en favor de la regeneración de Pasaia, se haya tirado por la borda. Y nunca mejor dicho.