Me gusta esa pregunta. Encierra apenas tres palabras pero una infinidad de pensamientos. En el fondo supongo que necesitamos tanto una como la otra. Ambas vienen bien para soportar la tensión del ser humano con la incertidumbre. Esa molestia existencial, ese sentimiento trágico de la vida. ¿Tenemos la sensación de que esa tensión ha aumentado? Puede que sí. Las cosas no van bien. Atravesamos un período de transiciones múltiples. Estamos cambiando de paradigmas. Hay muchas cosas que ya no funcionan. Lo que hasta hace poco valía ya no vale. Hay que aceptarlo cuanto antes. Y mejor que sea con un poco de ironía y otro poco de esperanza. Aceptando que en el fondo es una simple consecuencia del paso del tiempo. ¿Acaso no es el tiempo lo que nos lleva a cuestionarnos nuestras propias certezas? Validamos ciertas creencias en un determinado momento para dar respuesta temporal a la incertidumbre de la vida. Y está bien, pero todo cambia y constantemente interpretamos ese todo, la realidad, lo que nos rodea, nuestra historia, lo que hacemos, lo que anhelamos. Y resulta casi imposible quedarse con una misma respuesta durante mucho tiempo. No hay muchas certezas que respondan para siempre. Por eso pienso que es casi nuestro deber que las cosas cambien. Hay que encontrar nuevas respuestas para vivir mejor nuestro tiempo. El malestar social que estamos viviendo a escala mundial no es más que un aviso de que algo tiene que cambiar, y ojalá sea con ironía y esperanza.Rocio Wittib