Muchos prohombres, a lo largo de la historia, se la han pegado por creerse superiores a los demás y estar convencidos de que podían mandar impunemente con sus ideas, sin necesidad de contrastarlas, porque creían que ellos siempre tenían razón. Cuando esa situación ha durado mucho tiempo, ha sido casi siempre por opresión, y no hay nada mejor que el anuncio de unas nuevas elecciones, para que la cosa cambie. Putin lleva demasiados años mandando y cada vez, en su mesa de trabajo, se le ve más solo y con más miedo a los demás, lo que anticipa un futuro muy malo para él y, si no se remedia, también para los demás.Pedro García