Mi madre (106 años) tiene muy pocas necesidades de trato con organismos oficiales, unas de servicio de atención hacia su persona derivadas de su edad que le facilita Osakidetza y los servicios de dependencia de la Diputación y otras, las obligadas como todo ciudadano que son las tributarias de nuestra haciendas forales y ayuntamientos.Para poder utilizar unas y cumplir con las otras se vio obligada en su momento a darse de alta en el sistema BakQ implementado por el Gobierno Vasco.Pero he aquí que en aras, según dicen, a una mayor seguridad a mi madre se le despoja de la posibilidad de utilizar BakQ tras años de utilizarlo por la decisión unilateral de modificar la forma de acceso. Ahora debe facilitar una dirección de correo y un número de móvil para que le manden una clave por SMS cada vez que quiera conectarse al sistema.Puede parecer inverosímil que una persona no tenga un teléfono móvil pero hay quien no tiene ninguna necesidad de tenerlo, hay quien no se lo puede permitir y hay quien por su forma de vida no lo quiere.Pero da igual. Se ha decidido que hay que cambiar la forma de acceder y el que no tenga móvil que se las apañe.Bueno quizás con esa edad (recuerdo, 106 años) alguno de sus “jóvenes” hijos, o algún pariente cercano o alguna persona que le pueda atender, puede facilitarle su número de móvil para recibir los SMS pertinentes. Pues no. Esa persona también tiene su BakQ y también ha tenido que facilitar su número de móvil y, ¡oh! ¡albricias!, no se puede utilizar ese mismo número para otro usuario.Entonces piensas: “Tiene que haber alguna forma de resolver la cuestión”. Pues sí, la hay. Bueno, eso dicen. Si acudes al “prestador de servicios de confianza”, Izenpe, te ofrecen varias soluciones pero todas ellas exigen la presencia de la persona en un sitio o en otro y además, tiene tela la cosa, todas ellas suponen el pago de cierta cantidad. Ellos ponen las condiciones, te las cambian y eres tú el que te tienes que adaptar. Y si no, te sugieren la solución de acudir a cada organismo para intentar resolver el problema.Para la cuestión de atención hacia la persona hay que acudir a tu centro de salud. Pero claro, aunque vayas con un poder notarial hay una funcionaria con gran celo por su trabajo que te dice que tiene que ser la interesada en persona quien tiene que acudir y no le vale ningún poder ya que en sus instrucciones lo pone claramente. ¡Cosas veredes amigo Sancho!Menos mal que para la cuestión de las obligaciones tributarias parece que se puede resolver mediante la figura de representante legal. Será porque en este caso es para recibir, no para dar.“¡Cuidemos de nuestros mayores!” nos dicen. Juan Agustin Zumalabe