Bien sabemos que cada vez vivimos más y que la esperanza de vida va creciendo. Ya hablamos de la tercera y la cuarta edad, y esto quiere decir que es importante dar solución a la feminización del envejecimiento, que tengamos unas pensiones dignas y justas, que vayamos sorteando y canalizando tanto la soledad como la dependencia. La clave es la calidad de vida para solucionar la longevidad. No vale vivir o llegar a los 100 años con los 20 últimos guardando cama. Es fundamental recordar estas claves: 1. Necesitamos una Ley contra el maltrato y la falta de respeto a los mayores. 2. Es necesario educar desde la escuela y la familia sobre el envejecimiento. 3. Necesitamos unas pensiones dignas con poder adquisitivo. Garantizar la sostenibilidad de las pensiones de una manera suficiente para que nuestra vida de jubilados sea digna. 4. Nuestras administraciones públicas como ayuntamientos y Diputación deben aumentar los presupuestos para que podamos desarrollar nuestros proyectos y poder mantener nuestras asociaciones locales de personas mayores. 5. Romper la brecha digital tanto en las ciudades como en el mundo rural. 6. Enriquecer y potenciar la convivencia para desarraigar la soledad y el aislamiento. Sin lugar a dudas es importante aprender a envejecer y nuestras instituciones guipuzcoanas deben ayudar y dotar a las personas mayores de los recursos que necesitamos para llevar a cabo nuestros proyectos. Son breves reflexiones ante el 1 de octubre, Día internacional de las Personas Mayores, ya que somos ciudadanos de pleno derecho que desde nuestra experiencia, conocimiento y entrega aportamos y enriquecemos a la sociedad guipuzcoana.