Leo perplejo el artículo publicado en su diario el 16 de mayo respecto al párrafo referido al último caso positivo por coronavirus en la residencia Zorroaga, en el que se despacha la frase: "En torno a esa trabajadora había catorce usuarios que no han resultado afectados".Entre estas catorce personas se encuentra mi ama que, "sin resultar afectada", ha estado junto con las otras trece, aislada en su habitación el período preceptivo de aislamiento, diez días. Lo que no dice la noticia es que esta trabajadora no estaba vacunada. Más allá del derecho individual a aceptar o no serlo, bien por deseo propio u otra circunstancia sanitaria que así lo recomiende, mantener a personas en esta situación en contacto directo con residentes como mínimo octogenarios no es entendible. Esta falta de afectación, según publican, ha concluido nuevamente (no es la primera vez) además de en dicho aislamiento para los/las residentes, en la obligación de cancelar obviamente las visitas. En general, no puedo sino estar agradecido con el trato y el esfuerzo de las trabajadoras del centro. De las directrices marcadas por los responsables disto mucho de poder decir algo parecido. Siento no poder estar de acuerdo con la visión que proyecta el director del centro.