Que la noche del pasado sábado, una vez concluido el estado de alarma, la gente se iba a echar a la calle era algo que las autoridades podían prever. Lo más triste de la situación fueron ver imágenes de gentes totalmente enloquecidas como si los últimos quince meses no hubiera pasado nada. Muchas personas que se congregaron terminaron en urgencias de hospitales en coma etílico y los sanitarios no podían dar crédito a lo que estaban viendo. ¿Acaso lo más importante de nuestra vida es emborracharnos hasta perder la consciencia con todos los problemas que tenemos acumulados? A esa parte de jóvenes que salen hasta amanecer con botellones, bebiendo sin pararse a pensar en las consecuencias para su salud y de sus familias, ¿qué les podemos decir? ¿Qué piensan de su futuro formativo y profesional? Lo normal en estas fechas sería que estuvieran preocupados por el final de curso y de salir con la cuadrilla hacerlo con medidas de seguridad en vez de pensar en hacer "gaupasa"con botellones en cualquier esquina.