El próximo 2 de mayo celebraremos el Día de la Madre, y no he podido por menos que recordar a Antonio Machín, quien en día tan señalado solía cantar la canción Madrecita, cuya letra transcribo a continuación: "Madrecita del alma querida, en mi pecho yo llevo una flor, no te importe el color que ella tenga, porque al fin tu eres madre una flor. Tu cariño es mi bien madrecita, en mi vida tu has sido y serás, el refugio de todas mis penas, y la cuna de amor y verdad. Aunque amores yo tenga en la vida, que me llenen de felicidad, como el tuyo jamás, madre mía, como el tuyo no habré de encontrar. Madrecita del alma querida, en mi pecho yo llevo una flor, no te importe el color que ella tenga, porque al fin tu eres madre una flor". Eran otros tiempos, y quizás hoy alguien la considere cursi, pero, ante la que nos dio el ser, no la podemos dejar de recordar y amar.