Por necesidades familiares, el pasado sábado viajamos de Toulouse a Donostia y aprovechamos para comer en una sidrería.

A la salida, sobre las 15.00 horas, por un desgraciado incidente ocurrido, estaban en el parking una ambulancia y una patrulla de la Ertzaintza.

Nos montamos en el coche y todavía dentro del parking, se dirigió hacia nosotros con cierta agresividad uno de los policías con el objeto de hacernos un test de alcoholemia.Un poco extrañados por la actitud y por el lugar, accedimos sin problemas al test. Primer test, negativo, segundo test, negativo, y no satisfecho con los resultados, cambio de aparato y tercer test, también negativo.

Con este exceso de celo que más parecía un ensañamiento, nos sentimos atropellados y humillados porque nunca nos había ocurrido algo parecido.Ante ello nos preguntamos:

¿Es normal hacer un test sin salir del parking en un propiedad particular?

¿Es normal ese exceso de celo con el test, obligándome a repetir tres veces?

¿Esta actuación es igual para todos o solo porque nuestra matrícula es francesa? En cualquiera de los casos, flaco favor a la hostelería, tan castigada por la pandemia y muchas dudas para repetir viaje a Donostia.

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