A mi artículo sobre el mito de las dos ETAs, Luis Castells replica que “una cosa fue ETA en 1970, con su marasmo ideológico y político, y otra la que hemos padecido durante la transición y la democracia, con un proyecto diáfano violento y ultranacionalista”. La realidad de los hechos dice que no hay ni marasmo ideológico ni ultranacionalismo posterior. Los Presos de Burgos, convertidos en los referentes de ETA, reafirmaron los claros principios aprobados en la V Asamblea de eta en 1968 decretando que esta era “una organización socialista y no hay ningún tipo de duda en cuanto al tipo de socialismo que definimos: ni humanista, ni reformista, ni nada por el estilo: marxista-leninista”. En las declaraciones que realizó Castells, contradiciendo su misma teoría del “marasmo ideológico” de ETA, reseñaba que “los encausados de Burgos (…) rechazaban esa idea de enfrentamiento entre Euskadi y España y enfatizaban los elementos de afinidad de clase por encima de las patrias”. Pero la realidad es que desde 1967-8 ETA ha mantenido hasta ahora los principios del socialismo y del internacionalismo como la base de su ideología y de su estrategia violenta. Y esa línea es común en las ETAs (pm y m) que contribuyen a que el año 1980 (ya en un escenario democrático) sea el ‘año negro del terrorismo’. Insisto en la responsabilidad que algunos de los acusados en Burgos tuvieron en las líneas estratégicas en las que se inscribieron las acciones armadas realizadas en aquellas fechas.Aunque parezca sorprendente, hay escasos análisis de la evolución estratégico-ideológica de ETA. Entre ellos, está el mío. Y creo que es el único referido a todo el periodo de su actividad desde la génesis de su práctica político-militar hasta su cese. De eso van mi tesis doctoral y mi libro “Teoría francesa y estrategia del MLNV 1968-2015)”. Precisamente, la conclusión de mis estudios es que hay una continuidad ideológica en lo sustancial entre la ETA de Burgos y la que se ha disuelto en 2018. Es el escenario político en el que actuaron el que nos hace ver las dos ETAs de diferente forma. Podemos ser más indulgentes con la que actuó bajo el franquismo, debido a la ilegitimidad que afectaba a este régimen. Pero, Luis Castells no se refiere a esto. Respecto a la ideología y estrategia, la ETA de Burgos fue la que conformó la ETA posterior que se enfrentó al sistema democrático. Los acusados de Burgos, como ellos mismos decían, no eran ni demócratas ni socialdemócratas, sino revolucionarios marxistas contrarios al franquismo y, también, contrarios al sistema democrático. Que es lo que ha sido ETA hasta al final.