Pocas cosas han evolucionado tanto como el peinado masculino. He entrado por curiosidad en Internet, y veo que el peinado clásico hoy apenas está de moda. Peinado retro, asimétrico, con cresta, con cola, con moño, con flequillo, tupé clásico, y tupé elevado, y uno muy curioso, llamado despeinado, o de pelo revuelto, que es el luce el premier británico Boris Johnson, al que habría que regalarle un peine cuanto antes. Curioso también el que luce el presidente de Corea del Norte. Llama también la atención el flequillo, por ejemplo, de Puigdemont por su abundancia de cabello, quizás le quita perspectivas en lo político. La coleta también se da en la clase política, si bien algunos luego la transforman en un gran moño. Pero si bien en la gran mayoría de políticos su peinado pasa desapercibido, al presidente Trump, su exagerado tupé quizás le haya perjudicado, porque un político que acabó con el paro en su país, llevó a la bolsa a sus máximos históricos, hizo explotar el PIB como no se había conocido hace décadas, y no metió a su país en ninguna guerra durante su mandato, el 50% de los votantes de su país, la única explicación que encuentran de su derrota, es que luzca un tupé demasiado exagerado.