Futbolistas de un club vasco que grabaron escenas de sexo con una joven y que difundieron por las redes sin su consentimiento y lo denunció ante el juzgado, han sido citados al juicio. Inicialmente el fiscal pedía cinco años de prisión, pero la han visto reducida a dos porque han pedido perdón a la víctima y le indemnizarán económicamente. Una parte importante de la ciudadanía se ha mostrado comprensiva con los violadores. Produce indignación que los aficionados no distingan el interés por la marcha del equipo que para muchos representa a la ciudad de la que toma el nombre, y no se condenen los abusos de esos jugadores por sus actitudes privadas. Por muy conocidos y populares que sean, tienen que respetar a todos los ciudadanos y ciudadanas y más tratándose de personajes públicos. Pero lo humillante es que se les rebaje la pena solo por ofrecer disculpas retóricas a la joven a la que, para apoyar su arrepentimiento, ofrecen dinero, que es lo que les sobra a estos machistas, pero carecen de respeto hacia esa joven que creen que está a disposición de sus caprichos porque creen que ser futbolista les autoriza a faltar al respeto a una mujer que tiene la dignidad que a ellos les falta. El eterno juego del macho dominante y la mujer que lo debe soportar humillada. Lo doloroso es que la afición se muestra comprensiva en favor de gente populachera. ¿Hasta cuándo?