Muchos bares y discotecas hicieron una inversión para adaptar sus locales a las medidas de seguridad exigidas por el Gobierno al finalizar el estado de alarma. Perdieron tiempo y dinero. Hace un mes que se clausuró el ocio nocturno por estar en la diana de los rebrotes. A pesar del cierre, los contagios han ido aumentando de forma severa; y ya no pueden culpar a los de siempre. La persiana continúa cerrada y muchas familias se ven afectadas. ¿Los camareros no pagan facturas? ¿Los Dj no tienen familias a las que alimentar? Pues sí. Y a los que les apetece jarana, se montan un botellón o una fiesta en casa. Así que tampoco les importa, porque van a seguir de marcha y contagiándose. Si fuésemos todos responsables y pensáramos en los demás, esas personas podrían volver a sus empleos. Y el que no eche en falta el ocio nocturno, siempre tendrá la opción de quedarse en casa.