Y demás mártires cruelmente asesinados que, junto a él, convivían en la Universidad Centroamericana de El Salvador. La justicia ha llegado tarde y de forma parcial pero es el primer escalón para llegar al descansillo, donde se puedan depurar responsabilidades de cuantos canallas participaron de forma activa en aquella masacre, así como de los ideólogos de la felonía.Es la grandeza de los delitos de lesa humanidad, que no prescriben, para sus víctimas, a la vez que eterna y agobiante pesadilla para sus victimarios.Colofón: afortunadamente, esto no ha hecho más que comenzar.