En estos momentos en que parece que vamos venciendo al coronavirus, surge otro virus latente que es el racismo. No es nada nuevo bajo el sol. Ni aquí ni en Estados Unidos. Me preocupa esas olas de intolerancia, de violencia, de malos tratos, de exclusión…que se están proliferando en la sociedad norteamericana. Tengo el temor de que lo de allí como ola expansiva llegue hasta aquí. Me preocupa el alza del fascismo o del demasiado conservadurismo neoliberal en la sociedad europea, y cómo no, de esos tintes “racistas” que de vez en cuando salen en nuestros comentarios cotidianos. Sin lugar a dudas, las ideas fascistas y racistas son dos lastres culturales que son esencialmente negativos. No vendría nada mal recordar aquellas palabras de Martin Luther King (1929-1968): “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”. La muerte de George Floyd el pasado 25 de mayo, que ha desatado fuertes protestas por todo Estados Unidos, es un marrón para la familia humana de 7.000 millones de personas. Sin lugar a dudas, tenemos que ir venciendo al coronavirus, pero también necesitamos derrotar al racismo. Y esto, no con violencia e intolerancia, sino con mucho humanismo, solidaridad, justicia y vida digna para todos.Joxeagus Arrieta