n lugar de Arias Navarro, Ana Rosa Quintana. En lugar de Franco, Montesquieu. Y la gran frase: “Montesquieu ha muerto”. Mediaset en estado puro. ¿Cuántas veces ha muerto Montesquieu a manos de escritores, políticos y tertulianos? Nos anuncian que ha vuelto a morir por el cese del coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos.La profanación del jurista francés tiene su origen en la doctrina sobre la separación de poderes que formuló en su tratado El espíritu de las leyes. Cuando alguien cree que se vulnera esta división fundamental dice que han matado a Montesquieu. De manual de cultureta político. La derecha ha puesto el grito en el cielo al entender que el Gobierno está ejerciendo una injerencia sobre el poder judicial en el cese de Pérez de los Cobos a raíz del informe Operación Sanitario. El informe elaborado por la Policía Judicial, a cuyo mando estaba el coronel Cobos, tras la denuncia de un particular contra el presidente Sánchez y 17 delegados del Gobierno por autorizar las manifestaciones del 8-M, habría sido filtrado al Ministerio del Interior, y como consecuencia el coronel habría sido fulminado. La versión de Grande-Marlaska es más sucinta y justifica el cese en una falta de confianza. Razones diferentes y no excluyentes, más bien muy compatibles. Volviendo al informe. Se ha comprobado que contiene bulos, inexactitudes y tergiversaciones. Vamos, que hubiera sido lo mismo que lo hiciera el coronel Cobos o el coronel Ortega Smith a cargo de Producciones Benemérita. Sin filtros a la hora de aplicar las técnicas del falso documental a un informe oficial en su deseo de imputar responsabilidades penales al Gobierno. Todo muy chusco. ¿Es más grave una injerencia del poder ejecutivo en el judicial o una estratégica judicialización de la política mediante el juego sucio villarejesco? Más allá de que la separación de poderes sea uno de los pilares básicos de un sistema democrático, que lo es, el recurso Montesquieu no puede ser el comodín que oculte otras dinámicas peligrosas.Por supuesto, la muerte del jurista es una muerte metafórica. El manoseado erudito murió en 1755, ya que si estuviera vivo lo matarían para citaciones post mortem. Lo mismo sirve para un roto que para un descosido, como Maquiavelo. La política siempre ha preferido entender a este último. Y no será casualidad que los dos fueran protagonistas de un diálogo en el infierno. El recurso Montesquieu se ha usado indistintamente por los unos y los otros en beneficio propio y cuando interesaba. El aroma a estiércol se extiende en la nueva anormalidad y en el informe de la Policía Judicial. De ahí el nombre de la operación. Estemos alerta de ese ecosistema castrense que siempre ha mantenido un poder superior al percibido por la gente y que atraviesa asociaciones de magistrados, orilla a la derecha más a la derecha e impregna a sectores de la sociedad civil a los que arengan para recuperar su patria perdida. La que les pertenece por cuna.Jon Guergué