El virus del COVID-19 se está llevando a gente, sobre todo gente mayor, y no hay derecho, pero parece que lo estamos controlando. Pero hay otro virus a los que no podemos hacer frente, pues después de años muriendo gente, sigue sin tener cura: es el producido por el amianto, que sigue matando día tras día a más de un trabajador, como mató a mi marido hace más de cuatro años, y a tantos y tantos, el último, José Luis García Martínez. Damos el pésame a su familia, gente a la que se le ha quitado el derecho a disfrutar de la vida. No hay derecho. Esta persona no se ha contagiado por ir de juerga, ni de cena, ni de viaje, sino por ir a trabajar, sí, por trabajar hace muchos años con un producto cancerígeno, sin que la empresa tomase las debidas medidas preventivas. ¿Cuántas más personas tienen que morir? ¿Cuándo se va a investigar para encontrar una solución? Es en eso en lo que hay que gastarse el dinero, en investigación, no en futbolistas, ni en gente a la que se le paga por contar sus vergüenzas. Pedimos más investigación de todas las enfermedades.