Las tragedias que se están conociendo dentro de la asistencia geriátrica, básicamente en las residencias privadas, aunque no únicamente en ellas, están haciendo correr ríos de tinta y espectáculos bochornosos de morbo televisivo.Todo ello junto a un enorme coro de llantos, de condolencias más ficticias que reales, y de televisivos golpes de pecho, por las tragedias que vamos conociendo. Sin duda, todas las manifestaciones de condolencia y de muestras de apoyo a familiares de fallecidos, son merecidas.Sin embargo, qué poco asistimos a verdaderas reflexiones de fondo sobre la causa fundamental de esta tragedia. ¿Cómo es posible que en una denominada "sociedad de bienestar" ocurra esto? Lisa y llanamente porque es inaceptable, llegando a la obscenidad, que la atención a los mayores sea un gran negocio.Que hay gente que obtenga pingües beneficios del cuidado de nuestros mayores es el mejor ejemplo de un sistema, social y económico inhumano , y de la dejación de sus obligaciones por parte de nuestros gobernantes.Quienes apuestan y defienden este modelo no pueden proclamar esta verdad.Se quedan en la cáscara, porque el interior, la realidad, el mantenimiento de este sistema está, para ellos, por encima del bienestar de la ciudadanía, y en particular de quienes, los mayores, casi estorban, no son rentables. ¡Porca miseria!O nos rebelamos, o no podremos dormir jamás con la conciencia tranquila. Ojalá seamos capaces de revertir, a través de la movilización social, un sistema que desprecia de forma tan cruel a quienes todo se merecen.