Impresionante partido el del pasado jueves, de nuestra Real, ante el Real Madrid. Jugar como jugó, y ganar como ganó, a uno de los mejores equipos del mundo, es de agradecer que no se diera ningún infarto entre sus hinchas, porque lo que vimos en el Santiago Bernabéu pasará a la historia, y será difícil olvidar. Escribiendo este comentario, me entero que le ha tocado jugar contra el Mirandés, equipo este al que, como sabemos en su feudo es muy difícil ganarle, pero al ser a doble vuelta, sin duda la Real estará en la final. Proeza también la del Athletic, aunque de menor entidad, al vencer nada menos que a los culés. Ante este panorama, y sin menospreciar al Granada, se vislumbra una final ante nuestro eterno rival. Si la ilusión es la chispa de la vida, pocas cosas generan tanta como pensar que tu equipo puede llevarse la Copa y que, de no ser así, recordemos que la felicidad no es una meta, sino un camino, y hemos de disfrutar mientras lo recorremos, siendo auténticos deportistas y aceptando que gane el mejor.