Chavismo francés

El Gobierno de Charles De Gaulle creó Électricité de France (EDF) en 1946. Ahora, el Gobierno de la macronista Élisabeth Borne, ha anunciado que se hará con el control del total de la compañía. La nacionaliza.

Para los medios españoles, incluida La Sexta de García Ferreras, nacionalizar es propio de chavistas, comunistas y otros populismos latinoamericanos, apoyando estas informaciones en sesudos editoriales sobre el primitivismo, la ignorancia y la inmadurez de quien se atreve a nacionalizar algo en pleno siglo XXI, cuando eso del intervencionismo estatal es cosa superada por la historia. Ahora hay que añadir a esa nefanda nómina a los sans culottes. No ocurrirá nada parecido en España con este Gobierno de izquierdas. Es un destino goloso en las puertas giratorias.

Huríes en la concha

Durante el curso escolar, por aquello de las fiestas universitarias de las noches de los jueves, es frecuente que concurran grupos juveniles que despejan sus efluvios, tras cerrar Bataplán, con un baño en pelota picada. En verano, cualquier mañana. Antes, se hacía en Ondarreta, con cierta discreción, ahora se hace en la primera rampa.

Este martes, accedí desde el gimnasio a la playa hacia las siete y media, para darme un chapuzón, viéndome casi rodeado por una docena de muchachas jóvenes y algún varón, las más, vestidas, con un tanga de trapillo, que habían optado por el higiénico baño marino.

Pensé que me encontraba en la Janah, el paraíso de los musulmanes y que me recibían las huríes, cuyas alegrías carnales, dicen que son cientos de veces mayores que las terrenales. Sin las gafas, ni localizaba las fuentes perfumadas ni los ríos de agua, leche, miel y vino, ni los camellos blancos, pero tampoco los echaba en falta. Si acaso, divisaba en la penumbra del amanecer a ese personaje que dibuja sobre la arena lemas contra el IBI.

Soy “cristiano viejo, limpio de toda mala raza de judíos, moros, moriscos, gitanos, agotes, penitenciados por el Santo Oficio de la Inquisición y de todas otras sectas reprobadas”, y nunca me he ocultado de comer jamón y lomo, a ser posible ibéricos, de Los Pedroches por ejemplo, ni choricillos de Javier Iraola de Asteasu, por lo tanto, debía tratarse de un error en la distribución de almas y que, en cuanto dieran las ocho y se incorporaran a su puesto los encargados de la admisión, me invitarían a abandonar aquella estancia, de mejores o peores formas, según estén en este momento las relaciones entre las cúpulas de las confesiones religiosas, detalle que ignoro.

Unas incómodas salpicaduras, seguidas de los gritos aguardentosos de las supuestas huríes, me despertaron del minúsculo sopor. Mi amigo Ramón, en el vestuario del gimnasio, me habló de las consecuencias del estrés, recomendándome pasar por el Cuarto Socorro.

Tarde de toros en Iruña

Otro año más que Blas me invita a una tarde de toros. Antes, la jornada comprendía poteo por los bares clásicos de la vieja Iruña, comida en el Colegio, donde no faltaba el cordero asado de la Cuenca y luego, paseando por la Taconera, a la plaza. Ahora vamos en el bus de la tarde para luego dirigirnos a la cafetería Palace, donde se nos unirán Carlos y Virgilio. Un refresco, un comentario sobre la marcha de la feria, algún chascarrillo y a la plaza.

Toreaba Talavante y como sus padres trabajaban, o al menos, estaban apuntados, en la Oficina de Sanidad Animal de Alburquerque coordinada por nuestro amigo y compañero Arturo, pues eso, que somos talavanteros.

Sol y calor, pero sin moscas, en el tendido de sombra, donde se aposenta la gente foral y de orden. La mayoría se conocen y se saludan con esa cordialidad festiva pamplonica, que desaparecerá con el Pobre de mí. Un cuarentón, acompañado de su hija adolescente, lleva pulserita.

Enfrente, la mocina, con su permanente ruido ensordecedor que impide escuchar a La Pamplonesa, desgranando sus canciones de toda la vida, Chica ye-ye incluida, incorporando al repertorio esa de las tetas que les dan miedo.

Justo en la fila de abajo, una pareja, rozando la cuarentena. Gente guapa. Por sus miradas y gestos, son novios. Ella, elegante a la par que sencilla, está en celo. Él, de pamplonica riguroso, recién planchado, quiere ver a Talavante y si fuera posible, toda la corrida. No podrá ser. Secretitos al oído, castos besitos, piquitos, caricias, hacen que el caballero, que un día fue adolescente y disfrutón, ahora se sienta incómodo ante un entorno que sabe, sonreímos cómplices.

El pacense, con el segundo de la tarde, principió de rodillas en los medios ante un público expectante. La rubiales, remolona, con ligeras embestidas sobre el hombro de su chico. Los castas a lo suyo.

El torero remata una tanda de muletazos con una arrucina, poniendo al tendido de sombra, el de sol va a su pedo, al rojo vivo. La rubia cariñosona, que también lo está, lo hace con unos besitos en el cuello, muy discretos, mientras él quiere concentrarse en lo que ocurre en el albero. No hay manera.

Comparten cava y un bocata, pero ella no está muy interesada en esas magras, mientras que el diestro ejecuta unos muletazos de excelente trazo. Sigue la murga ambiental. El chico sabe que no debe dejar pasar una oportunidad que puede tardar en repetirse.

El diestro percibe que se le escapa la oreja. El novio lamenta haber venido sin hacer los deberes y ahora tiene que decidirse. Si opta por el torero, le caerán unos morros durante días, se arrepentirá todo el verano y se lo recordarán de por vida. Llena como está la plaza hasta la bandera de los 100.000 euros del alcalde Maya, no queda otra opción que retirarse, decisión que, con sana envidia, comprendemos y compartimos los que les rodeamos, deseando al mozo esté a la altura, a pesar del calor.

El extremeño ni supo cuajar la faena ni estuvo acertado con el estoque. Los enamorados harían la suya en lugar más apropiado y silencioso. Nos imaginamos, finalizaría con las dos orejas y vuelta al ruedo.

Hoy, domingo

Pochas. Bonito con tomate. Melón. Tinto Viña Real Oro 2005. Café.